lunes, 21 de noviembre de 2011

RODRÍGUEZ EL NECRÓFILO

El socialista José Luis Rodríguez Zapatero, Rodríguez –le pasa lo mismo que al líder socialista que lanzó la Guerra Civil, Francisco Largo Caballero, que no le gustaba que le llamasen por su primer apellido-, comenzó su gobierno aprovechándose de 192 asesinados el 11 de marzo de 2004.
Durante todo su mandato de más de 7 años y con el pretexto de la denominada “memoria histórica”, el necrófilo Rodríguez rebuscó entre los muertos los restos de Federico –Federico García Lorca el poeta asesinado y que nadie quiere recordar que fue protegido hasta su último momento por falangistas- para hacerse la foto, una fotografía que hubiera valido no mil muertos sino un mandato.
Pretendió meter sus manos en la tumba de Franco, el antiguo dictador y líder de la mayoría de los españoles, entre ellos el del padre de Rodríguez, pero tuvo que conformarse con el acto de “valentía y arrojo” de quitar con nocturnidad y alevosía la estatua del dictador.
Bailando con muertos. El hijo de papá de Valladolid quiso seguir riéndose y aprovechándose de los muertos, y con premeditación y toda la mala intención el necrófilo Rodríguez eligió la fecha del 20 de noviembre para celebrar elecciones generales -quería pasar a la historia y pasó: ¡españoles Rodríguez ha muerto!-, “el mes de los muertos” que escribiera el anarquista Juan García Oliver; el día de la muerte de Francisco Franco, el día del fusilamiento con el visto bueno del gobierno socialista del Frente Popular de José Antonio Primo de Rivera, y el día del fallecimiento de Buenaventura Durruti, herido de muerte a traición el día anterior: pero fueron los vivos los que arrastraron a Rodríguez a su tumba política.

A mediados del 1.700 el catedrático de matemáticas y genial escritor Diego Torres Villarroel afirmaba en su libro Vida…:
“A los muertos, ni los sube ni los baja, ni los abulta ni los estrecha, la honra o la ignominia con que los sacan segunda vez a la plaza del mundo los que se entrometen a historiadores de sus aventuras; porque ya no están en estado de merecer, de medrar, ni de arruinarse. Los aplausos, las afrentas, las exaltaciones, los contentos y las pesadumbres, todas se acaban el día que se acaba”.

“Dios quiere que todos los seres humanos se salven” (1Tm 2:3-4), por eso, porque no soy Dios, deseo que el señorito de Valladolid que pasea por Papalaguinda contando nubes, los muertos no le dejen en paz el resto de su vida y que al final de la misma se vaya con su amo y fiel servidor Satanás.

Ángel Manuel González Fernández, 21 de noviembre de 2011.


Aznar, cobarde no... ¡peor que cobarde!

Antes que nada hay que afirmar, que si la banda terrorista secesionista ETA en su fundación se hubiese declarado carlista y de derechas no habría durado ni un año.  A nadie le tendría que extrañar que entre la ETA y el PSOE se hayan hecho favores más de una vez, al fin y al cabo ambos son camaradas de izquierdas y saludan con el puño en alto.

Ejemplo de favor fue el 19 de abril de 1995 con el atentado con bomba contra el líder de la oposición, José María Aznar López, y cuya explosión costó la vida a Margarita González Mansilla. Unas semanas antes del atentado: "responsables políticos del Ministerio de Justicia e Interior abortaron el pasado mes de marzo una operación policial en el sur de Francia para detener a la actual cúpula de ETA”: El Mundo, 16 de agosto de 1995. Menos de 24 horas antes del atentado, el ministro de Interior y Justicia, el socialista Alberto Belloch, había asegurado al militante del PP, Jaime Mayor Oreja, “que el PP no era objetivo inmediato de ETA”: El País, 22 de abril de 1995, p. 15. Y “hasta una hora y diez minutos después de la acción terrorista no se dio la orden para llevar a cabo la operación Jaula”: El Mundo, 21 de abril de 1995.                                                                                                             

Para rematar la gravedad del caso, el miserable mensaje de José María Aznar López al Comité Ejecutivo de su partido: “El PP tiene que pasar página de todo lo sucedido y recuperar la normalidad electoral”: El Mundo, 25 de abril de 1995": Cobarde no...¡ peor que cobarde!

Después de escribir eso, buscando entre mis papeles encuentro la copia de una carta con fecha 24 de enero del 2006 que personalmente llevé a FAES, carta que fue entregada a quien se presentó como secretario personal. Abrió el sobre, leyó la carta y en un momento hizo un gesto de asombro, volvió a meter  la carta en el sobre y mientras se despedía amablemente dándome la mano me dijo que se la pasaría al señor Aznar. La carta tiene 26 renglones escritos a máquina y entre otras cosas escribí:            

"Soy de los que afirman que las páginas de la Historia no se deben pasar sin esclarecer la verdad, por eso me permito hacerle tres preguntas, tres preguntas cuyas respuestas usted ha tenido el tiempo y los medios suficientes para llegar a la verdad de los hechos:

19 de abril de 1995:

1ª. ¿Por qué el ministro de Justicia e Interior, el socialista Juan Alberto Belloch, 24 horas antes del atentado había asegurado a los militantes del PP, Jaime Mayor Oreja y Rodolfo Martín Villa, que la cúpula del PP no era objetivo inmediato de atentado?

2ª. ¿Por qué una semana antes del atentado fueron suprimidos los agentes policiales de contra vigilancia y la protección policial estática del portal de su vivienda?

3ª. ¿Por qué después del atentado se tardó más de 1 hora en montar la "Operación Jaula"; es decir, el control de todas las salidas de las carreteras de Madrid?

Ni que decir tiene Sr. Aznar, que usted es muy libre de no haber investigado nada, como así se desprende de las páginas de su libro "Retratos y perfiles", de pasar página -nunca mejor dicho-, de guardar silencio e incluso de llevárselo a su tumba.                                                                                              

Esperando su respuesta a las tres preguntas, le saluda.

 Ángel Manuel González Fernández".

Nunca recibí respuesta a las tres preguntas, porque ciertamente, ¡qué va a responder quien es peor que un cobarde!                                      

Septiembre de 2010.


Como se darán cuenta los lectores, en el escrito hay acusaciones muy graves que nunca recibieron respuesta, ni investigación, ni juzgado ni cárcel...: nada.
De los asesinos de Margarita González Mansilla…: nada.
Y ya por último, el sujeto cobarde que años después llamó a los asesinos terroristas secesionistas «Movimiento Vasco de Liberación», y concedió la nacionalidad española a extranjeros que vinieron a España «a matar fascistas porque alguien debe hacerlo»:  https://www.abc.es/historia/20130625/abci-george-orwell-guerra-civil-201306241730.html